Cuando un reloj marca el paso del tiempo, pero también la historia de una manufactura, el resultado no es solo una pieza de colección: es una declaración de principios. Así ocurre con el nuevo L.U.C Qualité Fleurier 20th Anniversary Edition, la última creación de Chopard para conmemorar dos décadas desde el nacimiento de la más exigente certificación de la relojería suiza.
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Esta edición limitada —apenas 20 ejemplares numerados— rinde homenaje al primer modelo L.U.C Qualité Fleurier de 2005 con una reinterpretación sutil y moderna: una caja de oro ético amarillo de 18 quilates, de 39 mm de diámetro, y una esfera sectorial bicolor que evoca la estética de los relojes de mediados del siglo XX. En su centro, un delicado acabado satinado en rayos de sol; en la periferia, un anillo marrón con acabado circular que aloja las horas, y a las 6, un discreto segundero azulado. Las agujas doradas tipo jeringa y los índices con Super-Luminova completan esta composición pensada para ser tan legible como refinada.
Belleza por fuera, maestría por dentro
Bajo esa elegancia sobria palpita el calibre L.U.C 96.09-L, un movimiento automático ultraplano de apenas 3.3 mm de grosor, decorado a mano con Côtes de Genève, biselados, perlado y pulido espejo. Equipado con un microrrotor de oro ético de 22 quilates y la tecnología Chopard Twin —doble barrilete superpuesto—, este mecanismo ofrece una reserva de marcha de 65 horas, precisión de cronómetro certificada por el COSC y, por supuesto, supera los estrictos requisitos del sello Qualité Fleurier.
Obtener esta certificación no es tarea fácil. El reloj debe superar una batería de pruebas que van desde el exigente test Chronofiable, donde se evalúa la resistencia a golpes, temperaturas extremas y exposición a campos magnéticos, hasta el Fleuritest, un simulador de uso diario que reproduce 24 horas de actividad real en la muñeca. La variación aceptada en el ritmo de marcha es mínima: entre 0 y +5 segundos por día. Una precisión que solo alcanzan los movimientos más depurados de la relojería suiza.
Una certificación, cuatro pilares y un solo guardián
El sello Qualité Fleurier nació en 2001 como una iniciativa de cuatro casas relojeras independientes: Chopard, Bovet, Parmigiani Fleurier y Vaucher. Con el apoyo de las autoridades del cantón de Neuchâtel y el gobierno federal suizo, fundaron un organismo que lleva más de dos décadas estableciendo los estándares más rigurosos de la alta relojería. Esta certificación avala no solo la precisión del movimiento, sino también la excelencia estética, la resistencia y el origen suizo del ensamblaje.
Hoy, Chopard es la única Manufactura que permanece en el comité directivo de la fundación, manteniendo viva la esencia de una etiqueta que representa el máximo nivel de exigencia relojera. Esta edición conmemorativa reafirma su rol como guardián de esos valores.
Dos décadas de innovación y elegancia en la colección L.U.C
Desde su lanzamiento en 1997 con el L.U.C 1860, la colección L.U.C se ha consolidado como la máxima expresión del saber hacer de Chopard. A lo largo de los años, piezas como el Tech Qualité Fleurier (2009), el Tourbillon QF Fairmined (2014) o el XPS Twist QF Fairmined (2017) han demostrado una inusual capacidad para mezclar la innovación técnica con el respeto a la tradición.
El nuevo L.U.C Qualité Fleurier 20th Anniversary Edition es parte de ese linaje, pero también un hito en sí mismo. Su diseño, profundamente vinculado al lenguaje estético de mediados del siglo pasado, está pensado para resistir el paso del tiempo con la misma gracia con la que ha resistido dos décadas la certificación que celebra.
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Con su caja refinada, esfera sectorial, movimiento de manufactura doblemente certificado y correa de cuero de becerro marrón con pespuntes beige, esta edición limitada no es solo un homenaje: es una oportunidad única de portar en la muñeca una parte viva de la historia de la alta relojería suiza.
