Hay whiskies que te acompañan, y hay otros que te detienen. Glenmorangie Lasanta 15 años entra en esta última categoría. Es una versión renovada de uno de los favoritos de la destilería escocesa, enriquecida ahora con más tiempo, más capas de sabor y una complejidad que no grita, pero sí deja huella.
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Nacido en las Highlands, este single malt es la reinterpretación de una de las etiquetas más queridas de Glenmorangie. El equipo liderado por el Dr. Bill Lumsden, junto con la Master Blender Gillian Macdonald, decidió extender su maduración hasta los 15 años, afinando también la selección de barricas. El resultado es un whisky que conserva su dulzura cálida, pero que ahora muestra una estructura más sofisticada y armónica.
Entre bourbon y jerez
La mezcla de barricas no es casualidad. El bourbon aporta esa suavidad amable que caracteriza a Glenmorangie, mientras que el jerez Oloroso —cuidadosamente seleccionado— deja huellas de frutos secos, clavo, toffee y pasas. El Lasanta 15 años no busca ser exuberante, pero lo es. No pretende sorprender, y sin embargo lo hace: es un whisky que se descubre en capas, como los cielos que cambian de color al final del día.
Mutuamente equilibradas, las notas dulces y especiadas evocan una imagen muy concreta: la del atardecer. Según el Dr. Bill, Lasanta siempre ha sido una especie de tributo líquido a ese momento del día en el que la luz se vuelve más suave y todo parece pausarse. Ahora, con esta maduración extendida, ese homenaje es aún más profundo.
De alambiques altos y mentes inquietas
Nada en Glenmorangie es casual. Desde sus alambiques inusualmente altos —los más altos de Escocia, dicen ellos, “tan altos como una jirafa”— hasta su obsesión por el detalle, la destilería lleva décadas construyendo una identidad donde la elegancia y la curiosidad coexisten.
Hace casi 40 años, Glenmorangie fue pionera en el uso del wood finishing, técnica que perfeccionó para darle nuevas dimensiones al whisky escocés. Hoy, Lasanta 15 años se suma a una colección que también incluye expresiones como Quinta Ruban y The Nectar, todas nacidas de esa misma inquietud por explorar los límites del sabor.
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Beber un atardecer
El Lasanta 15 años no necesita comparaciones. No imita a nadie. Es, simplemente, un whisky que se toma su tiempo —en la barrica y en el vaso— para revelar lo que lleva dentro: una mezcla de dulzura, profundidad y especias suaves que invitan a volver, una y otra vez. Como mirar el atardecer desde el mismo lugar, sabiendo que siempre habrá algo nuevo que notar.