Desde su nacimiento en 1994, la colección IMPERIALE de Chopard ha sido sinónimo de elegancia y excelencia relojera. Este año, su narrativa se enriquece con una creación que trasciende la técnica para abrazar lo simbólico: el IMPERIALE Four Seasons, una oda al paso del tiempo inspirada en los ciclos eternos de la naturaleza.
Visita también: Este reloj Breitling nació de las estrellas con una esfera hecha de meteorito
Lo que a primera vista parece un reloj con complicación, se revela como una coreografía mecánica profundamente lírica. Un disco rotatorio realiza una vuelta completa cada 365 días, acompañando a la aguja de las horas en un recorrido lento pero constante por las estaciones. Este disco no es cualquier componente: está hecho con una delicada marquetería de nácar perlado pintado a mano, creando una escena en perpetua transformación.
Una esfera que florece con cada estación
La composición visual del IMPERIALE Four Seasons es tan rica como su mecánica. En la mitad superior, se eleva un encaje de oro ético blanco de 18 quilates, que recuerda la forma de una flor de loto —símbolo central de la colección. Los pétalos satinados contrastan con bordes pulidos, generando un juego de luces y texturas que evocan sofisticación y calma.
Abajo, el disco giratorio deja entrever los colores sutiles del nácar, pintado con matices que reflejan el espíritu cambiante de la primavera, el verano, el otoño y el invierno. La caja, el bisel y la corona, también en oro blanco ético, están engastados con diamantes, intensificando la luminosidad etérea del conjunto.
Movimiento interno, poesía perpetua
En su interior, el IMPERIALE Four Seasons está impulsado por el calibre L.U.C 96.31-L, una joya técnica compuesta por 227 componentes. Diseñado completamente in-house por Chopard, incluye la tecnología Twin que proporciona una reserva de marcha de 65 horas, además de un módulo exclusivo llamado Quatre Saisons, que permite que el disco estacional gire con exactitud milimétrica.
Es una pieza que no solo habla de técnica, sino también de integridad y maestría artesanal, reflejo del compromiso de la Maison con su filosofía de producción vertical integrada.
Una estación para cada día
Como toque final, el IMPERIALE Four Seasons se entrega con cuatro correas de piel de aligátor intercambiables, cada una reflejando una estación distinta. Este detalle permite que el reloj se transforme visualmente con el entorno, o con el estado de ánimo de quien lo porta.
Visita también: Una joya con memoria: así es el L.U.C Qualité Fleurier 20th Anniversary Edition
Limitado a 25 ejemplares en todo el mundo, este reloj no solo marca las horas: celebra la vida, el tiempo y el arte con una delicadeza que solo Chopard puede ofrecer.