Uno de los secretos mejor guardados de San Miguel Chapultepec en la CDMX es el restaurante Padella, que orgullosamente celebró hace unos días su tercer aniversario deleitando nuestro paladar.
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Una vez que lo encuentras, te enamoras de Padella
Llegar a ellos tal vez requiera algo de suerte, aunque no dudamos que las recomendaciones nunca falten. Si caminas por las calles cercanas, o incluso pasas frente al restaurante, probablemente pase desapercibido para ti. Sin letreros ostentosos ni señalizaciones que rompan con el estilo elegante y discreto que le caracteriza.
Y es que no los necesitan, estamos seguros que su cocina y servicio hablan por sí mismos para que quienes los visitan, se sientan moralmente obligados a recomendar el lugar.
Padella se pronuncia «pádela» y significa sartén en italiano. Son un restaurante que pueden presumir de ser expertos en estofados y braseados que tienen como esencia la comida casera, platillos que le añaden un toque especial a cada bocado.
Desde que entras, el acojedor espacio te recibe con una decoración Art Deco, cada rincón está pensado para que te sientas como en casa, sin el bullicio del clásico restaurante donde tienes que sortear mesas y comensales para cruzar el lugar.
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Menú para todos los paladares más exigentes
Su menú está compuesto por desayunos, ensaladas para quienes buscan algo ligero, las entradas que no pueden faltar, sopas y por supuesto, platos fuertes para quienes son de buen diente.
En nuestra visita, pudimos disfrutar de un exquisito menú previamente elegido por el chef de la casa que comenzó con unas croquetas de jamón ibérico, le siguió una fresca ensalada de espinaca aderezada.
Continuamos con un Fricasse de Pollo cocinado al vino blanco, con champiñones, zanahorias y papas cambray y lo que parecería ser el último platillo, un risotto negro con pulpo al ajillo.
Por si no era suficiente, el chef nos sorprendió con 2 platillos sorpresa. La cereza del pastel -y no necesariamente hablamos del postre, ese viene más adelante- se trató de un bœuf bourguignon y un strogonoff de pato, ambos nos obligaron a encontrar un espacio más para poder aprovecharlos y no perdenos ni el último bocado.
La mejor manera de cerrar es, claro, con el factor dulce y para ello, disfrutamos de una galleta de merengue con helado artesanal.
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Padella es sin lugar a dudas un espacio que no sólo vas a disfrutar de platillos que cautivarán tu paladar, disfrutas de un ambiente muy bien logrado, decorado a detalle y si lo tuyo es el Art Deco, te fascinará.
