En Roma, donde cada piedra cuenta una historia y cada sala parece congelada en el tiempo, la Galleria Borghese se deja tocar por una artista que llega a removerlo todo. Del 10 de junio al 14 de septiembre de 2025, la artista keniano-estadounidense Wangechi Mutu presenta Black Soil Poems, una exposición concebida como una intervención site-specific que se despliega no solo en las galerías interiores del museo, sino también en su fachada y los míticos Jardines Secretos. Bajo la curaduría de Cloé Perrone, esta muestra es tanto una ruptura como una invitación a mirar con nuevos ojos lo que parecía ya establecido.
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La tierra negra como origen y metáfora
El título de la exposición lo dice todo: Black Soil Poems. Esa tierra negra rica, húmeda, moldeable como barro, aparece en distintas geografías y épocas, pero aquí, en la Galleria Borghese, se transforma en punto de partida para una mitología visual propia. Las esculturas de Mutu no llegan desde el exterior: parecen haber emergido de lo más profundo del museo, como si la historia, por sí sola, las hubiese modelado. De la tierra brotan figuras híbridas, cuerpos fragmentados, formas suspendidas. Y en ese juego entre el pasado y lo aún por imaginarse, Mutu propone una poética que es también una política: una manera de resistir lo fijo, lo jerárquico, lo homogéneo.
Un nuevo lenguaje dentro del museo
El interior del museo se convierte en un mapa de relectura. Las esculturas no obstaculizan las obras clásicas de la colección Borghese, sino que se integran con sutileza y rebeldía. Algunas flotan, otras cuelgan del techo, muchas descansan apenas sobre superficies horizontales. Obras como Ndege, Suspended Playtime, First Weeping Head y Second Weeping Head desafían la lógica de la gravedad, y con ello, proponen nuevas líneas de visión y nuevas formas de pensar el espacio. Mutu no solo altera el campo visual: redibuja el museo como un organismo vivo, marcado por la transformación constante, la pérdida, la fluidez.
Los materiales elegidos por la artista —bronce, madera, plumas, tierra, papel, agua, cera— también son clave en esta conversación con la historia. El bronce, lejos de su rol solemne y monumental, se convierte aquí en una sustancia ancestral, receptora de memorias, emociones, contradicciones. La artista introduce estos elementos orgánicos en un ambiente dominado por el mármol y el estuco dorado, dando forma a una poética de lo mutable. Todo en esta exposición anticipa el tema que protagonizará la programación del museo en 2026: la metamorfosis.
Habitar el museo de otra manera

Pero Black Soil Poems no se limita a lo visible. También invita a percibir lo ausente, lo que fue silenciado o invisibilizado. Las intervenciones de Mutu no son sólo físicas: son también simbólicas. Plantean una pregunta latente en cada sala, en cada escultura suspendida: ¿quién ha contado la historia hasta ahora? ¿Qué cuerpos faltan en este relato? La exposición pide soltar las perspectivas rígidas y abrirse a narrativas que coexisten, que se contradicen, que no buscan una sola verdad.
En el exterior, la ocupación de los jardines y la fachada continúa este gesto. Las esculturas The Seated I y The Seated IV, originalmente creadas para el Metropolitan Museum of Art en Nueva York como parte de The Facade Commission, regresan ahora a Europa para establecer un nuevo diálogo con la arquitectura clásica romana. Las acompañan piezas como Nyoka, Heads in a Basket, Musa y Water Woman, todas reinterpretando recipientes arquetípicos como contenedores de identidad, poder y transformación.
Una de las obras más impactantes es The End of Eating Everything, una pieza de video que agrega un componente temporal e inmersivo a la experiencia. Aquí, el cuerpo y el mito se mezclan en un gesto continuo de mutación. La obra no se escucha del todo, pero suena. El ritmo de Poems by my Great Grandmother I y las letras de Grains of War, inspiradas en la canción WAR de Bob Marley y en el histórico discurso de Haile Selassie de 1963 ante la ONU, resuenan como esculturas sonoras que habitan el aire.
Una alianza que trasciende la moda

La exposición se extiende hasta la American Academy in Rome, donde se presenta Shavasana I, una escultura de bronce cubierta por una estera tejida que toma su nombre de una postura de yoga asociada con el descanso final. Su ubicación entre inscripciones funerarias romanas multiplica el eco de los temas centrales de Mutu: muerte, entrega, y dignidad.
Black Soil Poems no llega sola. Es parte de una colaboración de largo aliento entre la Galleria Borghese y FENDI, que desde hace más de una década ha abrazado el arte como una extensión de su ADN. Restauraciones icónicas como la de la Fuente de Trevi o la Gruta de Diana en Villa d’Este; exposiciones en el Palazzo della Civiltà Italiana; el apoyo a artistas como Giuseppe Penone, Louise Bourgeois o Nico Vascellari; y colaboraciones con instituciones como Villa Medici, la Bienal de Venecia o el Museo MAXXI, hablan de una Maison que entiende el lujo como legado y responsabilidad cultural.
Con esta nueva exposición, FENDI no solo reafirma su vínculo con la ciudad de Roma, sino también con el futuro del arte. Porque si algo propone Wangechi Mutu con Black Soil Poems, es justo eso: la posibilidad de volver a imaginar el mundo desde la raíz, desde la tierra, desde el cuerpo. Y hacerlo sin miedo a lo ambiguo, a lo fragmentado, a lo híbrido. Porque en esa mezcla, en esa tensión constante, es donde vive lo más vital del arte contemporáneo.