En 1966 se presentaba en el Mondial de l’automobile de Paris un Maserati que se convertiría en un clásico del tridente. Un auto de carretera que usaría una versión civilizada del motor de carrera V8: el Maserati Mexico.
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Junto con el 5000GT y el Quattroporte, el Maserati Mexico sería el tercero de su clase en usar un motor de V8 sacado del prototipo deportivo de carreras 450S.
Como si de una coincidencia accidentada se tratara, el Mexico reunió las mejores características de sus antecesores. Su inspiración principal era la construcción original del Quattroporte pero se hizo sobre un 5000GT dañado, lo que dio como resultado un estilo convergente de ambos.
Se cree que el 5000GT sobre el que se construyó el Mexico había pertenecido al presidente mexicano Adolfo López Mateos en 1961. El auto tuvo un accidente y se llevó a repararlo a Módena donde sirvió de prototipo para el modelo nuevo. Todas estas acciones impulsadas bajo la mirada de un mexicano quien insistió en que el auto tuviera la carrocería diseñada por Vignale.
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Maserati
también considera como un guiño del destino que en el mismo año de 1966, John Surtees cerraría la temporada de la F1 con una victoria al volante de un Cooper-Maserati T81 en el Gran Premio de México.
Su producción fue de 1966 a 1972 y constó de dos versiones: la de motor de 4.2 L con 260 hp y una velocidad máxima de 240 km/h; y la de 4.7 L con 290 hp y una velocidad máxima de 255 km/h. Ambas versiones eran de 2 puertas y 4 plazas de las que en conjunto sólo se produjeron 482 ejemplares.
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El pasado mes de octubre, este Maserati cumplió 55 años de haberse posicionado como un clásico de la marca italiana y de haber encantado al mundo con su diseño elegante de líneas firmes bajo el nombre de México.
