Como hemos dicho antes, teniendo un país lleno de diversidad y belleza es fácil perder de vista algunos de los lugares que son menos populares, pero no por eso menos maravillosos. Monte Tláloc es uno de esto y hoy venimos a hacerle justicia.
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Situado en el Estado de México, forma parte del Parque Nacional Iztaccíhuatl Popocatépetl. Junto con otros cerros como el Telapón y los Potreros conforman una cadena montañosa que pueden llegar hasta los 4060 metros sobre el nivel del mar. Con un clima montañoso de lluvias ligeras durante los meses de verano esta área es apta para ir a explorar durante prácticamente todo el año.
A las faldas de este cerro se encuentra el legendario puerto montañoso de Río Frío de Juárez; durante mucho tiempo fue la única entrada a la Ciudad de México. También conocido por la famosa novela «Los bandidos de Río Frío» de Manuel Payno.
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¿Por qué visitar Monte Tláloc?
Hay dos razones principalmente para visitar esta área; la primera es su importancia histórica y cultural para el país. Durante la época prehispánica, esta fue una de las montañas más sagradas para los pueblos de la Triple Alianza. Ellos fundaron el templo montañoso con la mayor altura de toda Mesoamérica. Si esto fuera poco, también es el escenario de un místico fenómeno astronómico conocido como «La Montaña Fantasma». Durante los días alrededor del 12 de febrero, es posible observar el amanecer entra las cumbres del Pico de Orizaba y la Malinche, lo cual da la impresión de observar una tercera montaña.
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Además de esto si eres campista, aventurero y/o te gusta el ciclismo, senderismo o la exploración de la naturaleza hay muchas actividades realizables en la zona de este tipo, incluyendo una de las más difíciles rutas de bicicleta de montaña en el país.
