Una tradición con más de 400 años de historia, las ventanas del vino, una práctica que nació ante una de las peores pandemias que ha azotado a la humanidad.
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Corría el año de 1347 y la humanidad enfrentaba la llegada de la peste negra, una enfermedad que, se estima, pudo haber acabado con hasta 200 millones de personas.
Durante las décadas que duró la pandemia, la gente en Europa también tuvo que modificar costumbres y adaptarse a una «nueva normalidad»; resultado de esto, muchas de las normas de higiene que son comunes hoy en día, entraron en vigor.

Fue en Florencia, la cuna del renacimiento, donde la gente buscaba cualquier actividad para subsistir sin ser contagiados por esta severa enfermedad; derivado de esto, nació la asociación llamada Buchette del Vino, o ventanas del vino. Esta tendencia poco a poco se esparciría por toda la región Toscana y sin duda brindaron un segundo aire a los comercios, posadas y tabernas.
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Bajo esta misma premisa, los ciudadanos actuales de Florencia, deciden desempolvar esta práctica y traerla de regreso a estos tiempos de pandemia.

Y claro que, aunque sea una práctica antigua, su retorno ha traído consigo la modernización de la misma. Las cosas no funcionan de la misma forma que en la Edad Media y, prueba de ello, es que puedes planear tu recorrido desde cualquier lugar del mundo, por medio de una página web.
A través de Buchette de Vino, es posible encontrar mapas detallados, recomendaciones y fotografías para que vivas la experiencia aún sin salir de casa.

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Desde llamativas ventanas hasta lo que pareciera ser una ventana clandestina, si vas a Florencia, no olvides estar alerta para encontrarlas. También puedes planificar tu ruta y llevar a cabo todo un recorrido turístico.